Restaurante VII Carreras - San Pedro de Rozados, Salamanca

El Restaurante VII Carreras es una excelente opción para disfrutar de una experiencia gastronómica única y satisfactoria en Salamanca, España. Ubicado en la Calle Salas Pombo 10, 12, 37183 San Pedro de Rozados, este restaurante se ha ganado una excelente reputación por sus deliciosos platillos y su compromiso con la satisfacción del cliente.

Una de las principales características del Restaurante VII Carreras es su amplia variedad de opciones en el menú. Desde desayunos y brunch hasta cenas y postres, este restaurante ofrece una gran selección de platos saludables y deliciosos para satisfacer todos los gustos y preferencias. Los comensales pueden disfrutar de bebidas alcohólicas, café, cerveza, vino y licores fuertes, así como de una gran variedad de platos pequeños y opciones sin alcohol.

El Restaurante VII Carreras también es conocido por su compromiso con la accesibilidad y la comodidad de todos sus clientes. Ofrece opciones de comer en el lugar, entrega a domicilio, acceso para sillas de ruedas, aparcamiento adaptado y aseos adaptados para sillas de ruedas, asientos adaptados para sillas de ruedas, tronas y menús infantiles. Además, el restaurante es ideal para niños y grupos, y acepta reservaciones y tarjetas de crédito.

La opinión media de los clientes del Restaurante VII Carreras es de 4.3/5, según 172 valoraciones en Google My Business, lo que demuestra su compromiso con la satisfacción del cliente y la calidad de sus servicios.

Opiniones de Restaurante VII Carreras

toño astobiza

5/5

Llegamos por casualidad y el trato fue estupendo.llevabamos perro y nos dejaron acceder con el

Dhany

1/5

Haciendo via de la plata. Etapa larga y ningún servicio intermedio. La chica se niega poner un simple embutido en un plato. La cocina está cerrada.

Iván Rotella

5/5

Toda una sorpresa, este bonito alojamiento rural, en el pueblo de San Pedro de Rozadas. Habitaciones cómodas y amplias, renovadas y conservando ese aire antiguo. Desayuno sencillo y muy rico. La situación es muy estratégica, cerca de la ciudad pero en pleno campo Charro y a menos de una hora de, por ejemplo, la alberca. Lo mejor la atención de su propietaria y el resto del equipo, que te lo hacen todo muy fácil. Para no perderselo, tranquilidad y comodidad garantizadas.

PAZ A

Estuvimos alojados, pero también recomendamos que se acuda a las VII Carreras para descubrir su restaurante. La dueña y el resto del personal son muy atentos y nos sentimos muy bien recibidos en todo momento. La habitación con descansillo, baño y dos estancias, es perfecta para una familia. El patio es un nido de paz y la comida es muy variada, con materia prima de alta calidad y con una gran cocinera. Por último, la relación calidad precio está fenomenal. Volveremos.

Maillo Victoria

5/5

Muy acogedor. Te sientes como en casa. Llegamos tarde, así que no cenamos aunque he oído que la comida es muy buena. Hay un bar para tomar algo y desayunar. Todo está limpisimo. La dueña es encantadora. Super recomendado, excelente relación calidad-precio.

Pablo N

Solemos parar de camino a Extremadura, y nos sentimos como en casa. Sus Dueña e hija son encantadoras, crean un entorno agradable y cómodo. Las habitaciones son confortables, sencillas y acogedoras, pero lo mejor de todo es la zona de bar y comedor. Degustar los platos típicos es un placer. M Carmen, nos ofrece platos exquisitos elaborados con gusto y calidad. Sin duda, lugar obligado de parada para nosotros.

Bea F

Nos alojamos 2 noches, dos adultos y una niña. La habitación tenía dos cuartos separados con 1 cama de 1, 35 cada una, tv solo en la principal y un baño con ducha. La cama cómoda y la habitación limpia, zona tranquila y sin ruido. La dueña y su hija un encanto, muy atentas y super amables. El desayuno completo e incluido, cenamos las dos noches, comida casera, rica y buenas cantidades. Gracias por todo, muy recomendable.

Carlos CGI

2/5

Como punto positivo: accedió a darnos de comer más tarde de lo habitual. Como puntos negativos: la dueña se quejaba insistentemente de que ella aún no había comido o de que no eran horas para comer o para desayunar, como si nos estuviera salvando la vida al servirnos. La otra camarera (su hija) era apática e ignoraba sistemáticamente lo que la decíamos. Pero lo peor es que nos cobraron a traición: pedimos refrescos con el menú, pensando que estaban incluídos (como en muchos menús) y ella no nos avisó de que NO estaban incluídos, por lo que nos los cobró de sorpresa después, sin avisarnos previamente, y encima carísimos. Algo parecido pasó con el desayuno. No está nada bien eso de no dejar los precios claros al principio (y lo que está o no está incluído) y de cobrar a traición después. Por lo tanto no lo recomendamos, y no volveremos.