Posada del León de Oro - Madrid, Madrid

Gemma Gonzalez

Buen servicio con una barra acogedora para tomar un aperitivo con unas estupendas gildas. En el restaurante pedimos un plato de jamón y cocido madrileño. No estaba mal pero tampoco excelente. Sopa justa con bastantes fideos. La carne y el pollo tierno pero con poco sabor. Tres rodajas de chorizo y tres de morcilla. Patata, garbanzos y repollo normales. No fue excepcional la verdad. Como postre una torrija normalita y un coulant de chocolate con helado espectacular.
No nos alojamos pero como hotel parecía bonito.

Gustavo B

Es un boutique hotel muy cómodo, situado en el centro de Madrid, a poca distancia de la Plaza Mayor y cerca de la mayoría de sitios de interés de la capital española.|El desayuno lo sirven a la par, en el restaurante de El Dragón de Oro. Tiene un excelente buffet y te preparan al instante los huevos al gusto y todo tipo de cafés.|Las habitaciones super limpias, con decoración actual. El baño muy bien equipado. |El restaurante propio del hotel, super recomendable, con muchos platos de la gastronomía española/madrileña.

Vicente Regulez

Fui al restaurante a comer el cocido. No me defraudó. Aperitivo de entrada, pedimos caldo en vez de sopa, no hubo problemas, hasta nos ofrecieron repetir un par de veces, el vino incluido en el precio (30€), y los componentes del cocido de calidad.
Nos ofrecieron postre, especificando claramente que no estaba incluido en el menú para evitar sorpresas, con lo que perfecto.
Por ese precio es un cocido muy recomendable.

Guillermo Pascual

30/03/2024
Es en su enotaberna donde se puede probar el conocido cocido de la Posada del León de Oro. En él, los garbanzos son el producto estrella, manteniendo el protagonismo, aunque acompañados del tocino, la carne y la verdura, así como la piparra, que “ayuda a limpiar el paladar entre los diferentes ingredientes para apreciar mejor el sabor de cada parte del cocido”. Se trata de una receta en tres vuelcos compuesta por ingredientes típicos que se cocinan lento hasta conseguir un sabor único y de lo más tradicional. Este cocido se sirve en un espacio con historia, atravesado por la muralla cristiana del siglo XII de Madrid y coronado por una corrala antigua del siglo XIX. Su cocido se encuentra disponible desde el mes de octubre hasta mayo, concretamente los miércoles, jueves y viernes. El precio por persona es de 19,90 €.

Juan Galpin

La Posada del León de Oro situada en la preciosa Cava Baja en el barrio de La Latina es ante todo un pequeño hotel boutique de 17 habitaciones pero también es una enotaberna (con más de 300 referencias de vinos) y un restaurante.

Se asienta en un edificio del siglo XVIII rehabilitado muy singular ya que cuenta con un patio central en forma de corrala a la que dan sus habitaciones y además en el comedor hay una zona con el suelo acristalado que permite ver los restos de la muralla cristiana del siglo XII.

Su restaurante (por lo menos hasta el verano) es famoso por su excelente cocido madrileño a buen precio, entre semana son 20€ y el fin de semana son 30€ pero te regalan una excelente botella de vino Rioja crianza, pero no solamente tienen cocido sino muchos más platos típicos de la cocina madrileña y castellana.

Mi experiencia ha sido maravillosa, el cocido estaba muy bueno, de las sopas más ricas de cocido que he probado fuera (estaba como hecha en casa) y el resto de ingredientes muy buenos, la cantidad de las fotos era para 2 personas (nos costó acabarlo), el vino espectacular y el plato de huevos estrellados con patatas y jamon ibérico muy bueno también.

federico p

Éramos tres personas. Cuando llegamos, muy pronto, había solo tres o cuatro mesas ocupadas y al menos seis u ocho vacías. Nos colocaron en una pequeñísima al lado de la cocina donde apenas cabían los platos y las botellas. Preguntamos si nos podían cambiar. Nos dijeron que el resto de las mesas eran para cuatro personas pero a los cinco minutos empezaron a llegar parejas y las colocaban en las mesas de cuatro en esas de cuatro personas colocaban a dos porque no las había más pequeñas. Preguntamos si podíamos poner los abrigos en algún lugar. De malos modos nos dijeron que no y al solicitar una silla donde dejarlos la mujer que nos estaba "atendiendo" (lo de atender es un modo de decirlo) nos contestó ya de malos modos. Siguiente paso: "¿Quieren algo de beber?" Uno de nosotros dijo: " Yo, una caña" Contestación: "Tiene que ser doble, solo ponemos doble". "Pues agua, traigame agua". En ese momento, mi amiga, harta de tanta impertinencia, contestó con la misma cara de vinagre que la camarera, encargada o jefa de sala. Y aquí vino lo inaudito que nos dejo perplejos: la camarera o encargada o jefa de sala nos dijo: "Como veo que no están a gusto es mejor que se vayan". Y abriendo la mano y simulando un pase como un torero dijo como quien da una orden:  "Váyanse. Yo nos les pienso servir" Yo, que apenas había hablado, le contesté: "No nos vamos a ir porque no nos hemos comportado de un modo indecoroso. Mire: yo soy cliente de este local desde que abrió, hace más de veinte años, mucho antes de que usted trabajara aquí." Al final de esta conversación asistió otra empleada que no sé si tenía más galones que quien nos estaba "atendiendo" y algo le debió de decir porque a partir de ese momento cambió de actitud e intentó ser amable. ||||Las tres personas que estábamos allí hemos comido en restaurantes de medio mundo y jamás nos ha pasado algo parecido. ¿Cómo se puede tener trabajando en un servicio cara al público a alguien asi?. Ah, la comida bien. Aunque ya lo que menos nos importaba era la comida

Marial V

Solo fuimos a tomar algo y nos quedamos con las ganas de volver y probar la comida. Muy buena atención y buen pincho. Ambiente agradable, comedor precioso. La carta tenía muy buena pinta y los platos que vimos pasar nos llamaron la atención. Es también hotel.

Melania Sanchez Guerra

Estuvimos comiendo aprovechando que es uno de los participantes de la Ruta del Cocido y queríamos probarlo.
En general, es bastante correcto. La sopa me pareció normalita; los garbanzos me parecieron mucho mejor, con mucho sabor tanto la carne como las verduras. Personalmente, le hubiera puesto un poco más de verdura. La salsa de tomate y comino no me dijo mada y las piparras y cebolletas son encurtidos pero estaban buenos.
Nos incluyó una botella de vino tinto que no estaba mal. De postre, probamos la torrija, clásica y bien hecha.
El local es tranquilo y acogedor. Me gusta mucho la idea de que sea transparente el suelo y puedas ver la parte antigua del edificio. La atención fue buena